Rotaract, un estilo de vida. Desde que escuché el lema "servir para cambiar vidas" pensé en las múltiples acepciones que tiene esa frase. Lo primero que me viene a la mente es cambiar la vida de otro haciendo un acto de servicio o cambiar la vida de un amigo teniendo un acto de buena voluntad. La respuesta basada en mi vivencia en Rotaract, es que además de eso, nuestra vida también cambia llevando el servicio como bandera en todos los aspectos de la vida. Los valores que nos inculca Rotary se traducen en buenas acciones que influyen en nuestra vida de manera cotidiana: una buena relación con nuestros pares, un acto desinteresado al ayudar a un compañero, una intervención conciliadora en una discusión o conflicto, todo esto hace que nuestros días sean mejores y que el servicio ayude a cambiar nuestro entorno, y en consecuencia, nuestra vida. Un día llegamos a Rotaract, dimos nuestros primeros pasos y si fuimos afortunados (como es mi caso) descubrimos que el cielo es el límite y que podemos hacer cosas maravillosas. Cuando te das cuenta de eso ya no hay vuelta atrás… Rotaract hizo su magia y ahora solo trabajo con la esperanza de transformar vidas. Roatarct nos lleva constantemente a exigirnos más, comprometernos más y disponernos a dar siempre más, dar de sí antes que pensar en sí, y eso sin dudas es hacer servicio. Nuestra organización hace felices a las personas, y nos hace felices a nosotros mismos. Quienes formamos parte de esta familia sabemos que tenemos la posibilidad de ser agentes de cambio, pero ese cambio siempre empieza por nosotros mismo

María Belén Zarza
